El pasado 13 de febrero fue lanzado en Steam Wolcen: Lords of Mayhem. Tras una exitosa campaña de Kickstarter y un período de cuatro años en Early Access la obra de Wolcen Studio por fin ha visto la luz. Os cuento que me ha parecido este ARPG con tintes de hack and slash que, irremediablemente se ha convertido en pocos días en un serio competidor dentro de su género y al que, otros estudios como Blizzard deben de prestar atención de cara al próximo lanzamiento de Diablo IV.
La historia y el contexto de Wolcen: Lords of Mayhem no son para nada rompedores. Una perturbación en el equilibrio del mundo pone a sus héroes en alerta, e ingentes cantidades de criaturas demoníacas y algún que otro giro de guion son la excusa para sumergirnos en una aventura por la que difícilmente no te vas a ver atraído. Wolcen me ha llevado de vuelta a mi "peor" época en Diablo II en la que me sentaba a "echar un ratito" y acababa viendo salir el sol del día siguiente sin apenas inmutarme ni despegar los ojos de la pantalla. Todo un logro en los tiempos que corren, donde el acelerado ritmo de lanzamientos obliga al jugador a ir saltando de una obra a otra sin tiempo casi a digerir la anterior. Esta inmersión total tiene varios culpables. Probablemente el mayor de ellos sea que pese al uso de la vista isométrica Wolcen consigue una jugabilidad rítmica y frenética donde no puedes confiar todo a tus estadísticas, sino que tu habilidad tiene mucho que decir al respecto.
La esquiva es un elemento primordial. Usarla en el momento adecuado y dosificarla como es debido (está limitada por una serie de puntos de estamina) es fundamental para no caer en combate más de lo deseable. En este sentido, los enemigos son variados y Wolcen hace un uso inteligente de ellos. Avanzando por sus escenarios encontramos grandes grupos de adversarios a los que hacer frente, con escenas muy espectaculares. Cada zona del juego tiene sus unidades particulares y, de alguna forma, se atreve a tomar algunas mecánicas más propias de juegos como DOOM (2016). Estos grandes grupos están compuestos por rivales en muchos casos débiles acompañados por otros de mayor fuerza y resistencia. La clave está en saber cómo hacer frente a estos. Y ahí radica una de las principales virtudes de este nuevo lanzamiento de PC.
Matar, saquear y subir de nivel
En Wolcen esa premisa de acabar con los esbirros más débiles y, cuando hayas limpiado esa parte ve a por los más complicados, no siempre es buena idea. Las criaturas más fuertes se marcan en nuestro radar mediante calaveras rojas y siempre son un reto. La clave está en usar a esos enemigos más pequeños en pos de generar orbes de salud que, sumados a la esquiva nos vayan dando el aire necesario para poder acabar con ellos sin tener que reiniciar desde el último punto de control.
Además de esa esquiva, tu personaje puede utilizar ataques normales o fuertes y, conforme vaya progresando, accederá a una serie de habilidades especiales que ocuparan las cinco primeras cifras del teclado numérico. Por supuesto, esos ataques especiales tienen un tiempo de refresco y están condicionados a dos medidores: la voluntad y la furia. Estás barras se irán rellenando conforme vayamos consiguiendo muertes y, por tanto, mantener el equilibrio, encontrar el ritmo y no abusar de ellos en las primeras fases del juego son condiciones indispensables. Pero como digo, esto es únicamente al comienzo de la aventura porque lo que está por venir os va a dar una idea más clara de la clase de dios que vamos a poder llegar a crear en Wolcen.
Para enmarcar estos constantes y divertidísimos combates Wolcen: Lords of Mayhem dispone de un diseño de niveles sencillo, algo pasillero y plano por momentos. La verticalidad de otros juegos similares como Darksiders Génesis no es un aspecto que se haya trabajado especialmente en este título. Si que es cierto que estos escenarios dan margen al jugador para perderse y explorar un poco. El juego tiene algunos desafíos en mazmorras adicionales a las que puedes acceder desde algún portal y en las que tienes que eliminar a su jefe final, acabar con todas las unidades de la zona o activar cofres malditos que presentarán oleadas de enemigos a los que tendrás que derrotar para acceder al ansiado botín.
Obviamente, Wolcen no se aleja mucho de otros juegos de su género. A cada paso que das, cada enemigo que derrotas y cada cofre que abres, surgirán enormes cantidades de oro y objetos que recoger y que habrás de gestionar y vender en un exiguo inventario. La gestión de este es una mecánica jugable en sí misma. Wolcen no tiene un sistema de peso máximo como los juegos de rol de corte clásico y opta en este apartado por presentar un sistema de casillas que se irán llenando y con las que tienes que ir jugando en caso de que, si te pasa como a mí, el síndrome de Diógenes sea fuerte en ti.
Puede parecer un mapa de la Vía Láctea, pero es La Puerta del Destino.
Por fortuna el juego equilibra a las mil maravillas esta gestión. Desde cualquier mazmorra puedes abrir un portal temporal que te transporta a tu base en la ciudad de Stormfall, lugar en el que podrás vender aquellos objetos que no desees. Tirarlos al suelo es otra opción, pero nada recomendable y más si tenemos en cuenta la gran cantidad de recursos que el juego requiere en su endgame: cada moneda va a ser necesaria.
Como es normal en este tipo de juegos existen varios grados de rareza y un sinfín de estadísticas en las que fijarte a la hora de decidir qué quieres equipar. De un vistazo, situando el puntero del ratón sobre un ítem obtienes una rápida comparativa entre el objeto seleccionado y el que llevas equipado para decidir qué quieres hacer, pero ojo, a veces un equipamiento de mayor rareza no va a ser mejor que el que ya tengas. Esto se debe a que contamos con gemas para imbuirlos, algo realmente típico si no fuera por un excelente añadido: los orbes de entropía. Estos orbes son extremadamente difíciles de encontrar y su frecuencia de aparición en la campaña es tan escasa como tardía, pero sus efectos son de los más curiosos. Estos orbes reinician todos los atributos mágicos cuando se usan sobre un objeto. De hecho, consumen todas las gemas que hayan sido engarzadas para garantizar un efecto mágico cuyo nivel depende del poder de las gemas y (ojo) cuyos poderes se eligen al azar de entre los que ya tuviera el objeto. ¿Riesgoso? Sin duda. ¿Retributivo? No siempre. ¿Divertido? Seguro.
Si hay algo que me ha fascinado es su sistema de clases
Si hay algo que me ha fascinado de Wolcen es su sistema de clases, subida de niveles y mejoras. Al comenzar la partida y crear a tu personaje no vas a elegir una clase en particular, determinas el sexo, editar su apariencia y seleccionas el tipo de arma con el que vas a comenzar la aventura. El propio juego te advierte de que esta elección no es definitiva; no existe una clase cerrada y vas a poder modificar tu estilo de juego en cualquier momento aprendiendo nuevas habilidades y equipando otro tipo de armas. Este es un enorme acierto ya que Wolcen tiene un sistema de subida de niveles y mejora de personajes excelentemente trabajado, siendo su dimensión rolera profunda, interesante y tremendamente gratificante a medida que vas gastando tus horas en el juego.
Cada vez que subes de nivel dispones de diez puntos de mejora que sumar a tu personaje en cuatro vertientes distintas: ferocidad, constitución, agilidad y sabiduría. Estas estadísticas van a determinar las probabilidades de hacer daño crítico y dolencia, la velocidad de ataque y nuestros puntos de salud y escudo. Por supuesto, los objetos que equipas añaden bonificaciones a cada uno de estos rasgos. Además, en su correspondiente pestaña en la hoja de personaje se pueden consultar los porcentajes de daño tanto totales como ligados a cada uno de estos rasgos, siendo una referencia muy rápida y útil a la hora de dictaminar qué subir en cada momento. Si no quedas del todo contento o quieres variar estos atributos puedes reiniciarlos y reasignarlos por una asumible cantidad de monedas.
La auténtica exhibición de Wolcen en este aspecto está en el desarrollo del árbol de habilidades pasivas. A través de La Puerta del Destino tienes acceso a incontables puntos de pericias segmentadas en tres rasgos principales: soldado, centinela o erudito. La "magia" en este apartado es que no estás obligado a seguir un camino en particular. La Puerta del Destino se dispone en tres círculos concéntricos que puedes ir girando como si de un puzle se tratara. Esto permite que una vez hemos llegado al final de un árbol de desarrollo concreto de los tres que componen la primera rueda, en el siguiente nivel, girándola puedes elegir entre seis para, en su última fase seleccionar entre doce. Un total de 21 árboles de progreso diferentes que puedes acomodar a tu antojo para determinar que camino va a seguir tu personaje en esta faceta. Al igual que pasa con los atributos puedes reiniciarlas por un precio asequible de Afinidad Primordial. El dato: 216 permutaciones posibles dentro del árbol de habilidades.
Los combates en Wolcen lucen de manera impresionante.
Acabo de mencionar la Afinidad Primordial, esto me da pie para hablar del último apartado dentro del roleo en Wolcen. En este juego las habilidades activas en combate no se aprenden por medio de la experiencia y de un árbol al uso. Para ganar nuevos ataques y poderes tienes que encontrarlos en los cofres, comprándolos a mercaderes y al arrebatárselos a los enemigos. Estas maestrías están encerradas en unos objetos mágicos llamados Enteractos. Cada vez que encuentras uno nuevo, haciendo clic derecho sobre el mismo aprenderás la habilidad que encierra. En el modo campaña cuentas con cuatro espacios para equiparlas a los que se puede añadir un quinto en el modo Campeón de Stormfall una vez hayas acabado el juego.
Lo realmente significativo es que cada una de estas habilidades cuenta con su propio sistema de progreso mediante experiencia en función de su uso o de si gastamos puntos de Afinidad primordial para subirlas de nivel. Conforme estas pericias aumentan se van añadiendo puntos de modificador a cada una de ellas. De esta forma puedes personalizarlas a tu gusto asignando estos puntos a distintas runas que van a determinar atributos como, por ejemplo, el tiempo de refresco, el coste de furia y voluntad o asignar nuevos añadidos, consiguiendo así que cada jugador sea realmente único. Pero si esto puede parecer poco, que para nada lo es, en el endgame se pueden duplicar estas habilidades asignando a estos duplicados nuevas modificaciones que te otorguen, dentro de una misma habilidad, dos usos diferentes. Algo realmente útil a la hora de adaptarse a enemigos más fuertes o jefes finales en cada mazmorra.
Siempre a la moda
Lo que Wolcen Studio ha conseguido en la faceta de roleo del personaje es encomiable, toda una exhibición de buen trabajo que da una profundidad y unas dimensiones desconocidas dentro del género. A esto se le añade la posibilidad de personalizar el aspecto de tu avatar a tu gusto, en la aventura se van encontrando distintas skins para armamento y armaduras, así como una gran paleta de colores con los que lograr que nuestro avatar tenga una apariencia. Da igual que equipamiento tengas seleccionado en cada momento, el aspecto de tu personaje no variará a no ser que tú quieras. En Wolcen la moda y la eficiencia se dan la mano.
Lo que Wolcen Studio ha conseguido es encomiable
A todo esto debemos sumar los Aspectos del Apocalipsis. Con un total de cuatro que se van consiguiendo en función del progreso del personaje, estos aspectos son transformaciones temporales en las que nuestro avatar se va a convertir en una bestia invencible. Cada uno de estos aspectos cuenta con cuatro tipos distintos de habilidades que usar en combate y que resultan devastadores, además, de que durante el tiempo que estemos transformados gozamos de un periodo de invulnerabilidad. Para conseguir ejecutar esta transformación se ha de llenar el medido de Esencia Primordial, algo que se logra al vencer enemigos y hacernos con los orbes blancos que liberan. Sin embargo, no conviene abusar de su uso ya que no duran demasiado y pueden ser de gran ayuda especialmente contra enemigos más fuertes y jefes finales.
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Las transformaciones son algunos de los momentos más épicos del juego.
Wolcen: Lords of Mayhem cuenta con dos modos de juego bien diferenciados: Campaña y Campeón de Stormfall. La campaña, se compone de tres actos y una duración que irá desde las 15 a las 20 horas de juego en función del tiempo que te tomes en explorar o hacer mazmorras secundarias. Voy a ser muy franco en este punto: es un tutorial largo y muy bien narrado. Digo esto porque la dificultad de sus enemigos, con alguna salvedad en los dos últimos jefes finales, es inexistente. Pronto las habilidades de tu personaje van a superar por mucho el desafío de sus mazmorras. A esto se le suma la posibilidad de revivir hasta tres veces en el lugar donde caigas teniendo como única penalización volver al último punto de control con la consecuente reaparición de enemigos si gastamos esas tres segundas oportunidades. Al final todo se resume en constancia y repetición y quizás, hasta un punto pueda ser bueno que en esta campaña te ciñas a disfrutar de la aventura y jugar solo mientras exploras la enorme profundidad del juego en su apartado rolero.
Esto no ha hecho más que empezar
En el endgame es cuando Wolcen da un golpe en la mesa
En Wolcen la aventura comienza cuando acabas la campaña. Contra todo pronóstico, no podrás rejugarla otra vez a no ser que crees un personaje nuevo desde cero. Al finalizar la aventura, por motivos relacionados con la historia vamos a convertirnos en gestores de Stormfall. En este endgame (Campeón de Stormfall) es cuando Wolcen da un golpe en la mesa, dice ¡aquí estoy! Como gestor de la ciudad tienes que reconstruirla y mejorarla. Para ello se abre un mapa de proyectos que requerirán de una gran cantidad de oro y primordiales, así como un nuevo recurso que entra en juego: productividad. Esta productividad se puede aumentar llevando a cabo mejoras en los distintos edificios, pero también hay que cumplir con ciertas Expediciones y Mandatos, actividades que en alguna forma pueden recordar a las grietas que encontramos en Diablo III.
Los mandatos son quizás la opción más sencilla. Un mapa aleatorio, eliminar a una cantidad de enemigos o acabar con ciertas unidades especiales. Directos y sencillos a cambio de una cantidad de productividad que nos ayude a completar nuestros proyectos y algún objeto como recompensa. Al tener un requisito de nivel específico sí que me han parecido una buena opción para aumentar mis estadísticas de una forma sencilla.
Realmente, lo que interesa en el modo Campeón de Stormfall es realizar expediciones. Estas tienen diversos rasgos comenzando por el de Adepto a las que se van añadiendo distintos rangos de veteranía hasta lograr convertirse en maestro en función de si conseguimos superar los tres niveles que cada mazmorra propone. En las expediciones, una vez hayamos finalizado un nivel podemos volver a la ciudad o seguir avanzando, asumiendo mayores riesgos y por ende mejores recompensas. Eso sí, olvídate de las resurrecciones del modo campaña, la muerte es el final. De hecho, en el endgame es conveniente ir siempre acompañado de más gente para que puedan reanimarte y hacer frente de manera más efectiva a sus retos. Además, en estas expediciones puedes añadir modificadores que aumentan el porcentaje de encontrar mejores objetos en el botín. La profundidad de este último modo no tiene límite llegando incluso a generarse un tipo de partida denominada la Ira de Sarisel que solo se obtendrá en función de los modificadores que tengamos activos y de si elegimos llevarla a cabo; un reto solo apto para jugadores del más alto nivel que, por si te lo estás preguntando, está limitado a 90.
Wolcen: Lords of Mayehm no tiene fin. Sus mecánicas y sistema de mejora de habilidades y objetos te pueden tener enganchado durante mucho tiempo y más si tenemos en cuenta las mejoras que han ido experimentando sus servidores desde su lanzamiento. En el momento de la salida del juego se experimentaron problemas en el matchmaking y caídas de servidor con cierta frecuencia. Sin embargo, en el proceso de este análisis y en especial tras el lanzamiento del parche 1.0.4.0 se ha notado una enorme mejoría en la estabilidad y servicio de estos, si bien existen aún aspectos por pulir en este apartado. La determinación del host dentro de la partida no termina de estar todo clara, aunque no es un problema de relevancia si tenemos en cuenta que el progreso es compartido entre la partida privada y pública. Sin embargo, algo que sí chirría es que el modo de partida pública solo se conforman grupos de dos jugadores mientras que, en la partida privada, invitando a amigos se puede llegar hasta a tres de manera simultánea. El tiempo de latencia del juego es aceptable usando los servidores de Europa no superando en ningún caso los 30 milisegundos con una conexión de 300 megas simétricos de fibra mediante cable Ethernet.
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Algunos usuarios han reportado un mal rendimiento de Wolcen, comentando algunos bugs y cuelgues del juego que tornaban la experiencia molesta o injugable. Sin embargo, en las más de 40 horas que he dedicado hasta el momento de redactar el análisis he tenido la suerte de no toparme con ningún problema que afectara a la jugabilidad o al progreso de mi partida. Sí que he advertido algún comportamiento errático en la IA aliada de alguna de las criaturas que se pueden convocar en diversos puntos del escenario, algo que rápidamente se ha solucionado en todos los casos por si mismo.
CryEngine responde adecuadamente a los requisitos del juego
Wolcen hace gala de una gran optimización en PC, pudiendo ejecutarse sin problemas en calidad alta sin experimentar ningún problema de rendimiento. El motor CryEngine responde adecuadamente a los requisitos del juego dejando unas buenas escenas cinemáticas además de la acción puramente in-game. En su apartado artístico, brilla la recreación de sus escenarios, variados y que hacen usos de diferentes elementos arquitectónicos y naturales. Cada zona y nuevo acto te transportan a distintos parajes donde no solo la ambientación, sino también el diseño de nuestros aliados y enemigos hace que nos sumerjamos en la experiencia. Para la música se han elegido composiciones corales vocales que dan un toque apocalíptico a cada enfrentamiento pero que sobrepasan el límite, en ningún caso, de un trabajo bien hecho. Con voces en inglés, el juego llega con textos en castellano, así como en otros siete idiomas.
Wolcen: Lords of Mayhem es un buen RPG de acción perspectiva isométrica que sabe coger lo que necesita de juego como Diablo III o Path of Exile. Su jugabilidad es divertida y exigente, aunque no se escapa de la sensación de repetitividad inherente a las obras de su género. Resalta el excelente trabajo que se ha llevado a cabo en el sistema de mejoras de habilidades y subida de niveles, pero se ve deslucido por un apartado multijugador aún pendiente de algunas mejoras en sus servidores si bien, ha sabido encarrilarse desde su lanzamiento. Con un modo nuevo al acabar la campaña principal las opciones para los que deseen quedarse son infinitas. Sin duda, una de las sorpresas de este comienzo de año que, habrá que ver con el tiempo si se queda en un “quitapenas” mientras llega Diablo IV o consigue mantener a su comunidad enganchada con nuevo contenido.
- El sistema de clases mixto, flexible y reversible en cualquier momento.
- El modo Campeón de Stormfall ofrece juego para mucho tiempo.
- El sistema de habilidades de La Puerta del Destino es brillante.
- Textos en castellano.
- Su faceta multijugador ha de ser aún pulida y mejorada.
- La repetitividad de mecánicas propia de su género.
Jugadores: 1-3
Idioma: Voces en inglés. y textos en castellano.
Duración: 15-20 horas (Campaña)
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